Casi todos sabemos qué es, básicamente, la compresión sidechain: la posibilidad de poder controlar el volumen de un canal utilizando como referencia el volumen (o información) de otra fuente. El ejemplo más reconocido es el de la voz del DJ: cuando él habla podemos ajustar hacia abajo el volumen de las pistas musicales (aunque en realidad lo que estamos haciendo es comprimir), sin necesidad de tocar ningún fader. Pues bien, este es un ejemplo, sólo uno, aunque con un mal ajuste es fácil conseguir unos resultados bastante mediocres. Quizá por eso, el uso del sidechain resulta casi anecdótico, cuando su potencial es tremendamente enorme. ¿Cuándo podríamos utilizarlo de manera precisa en nuestras mezclas en directo? Aquí van algunos ejemplos.
Servidor lo utiliza normalmente en la batería, con el objetivo de permitir resaltar la caja. Este elemento ofrece un sonido transitorio, de recorrido frecuencial relativamente estrecho, pero que necesita impacto y presencia. Está bien utilizar un compresor para ajustar bien su dinámica y realzar el impacto (hablo de un buen ajuste del umbral, ataque y de una recuperación de ganancia adecuada). Pero no suele ser suficiente, y el error consiste en subir el volumen (o, si no queremos parecer culpables, aumentando todavía más el valor de ganancia de salida del compresor). Este último falso “truco” lo que hace es aumentar el nivel de salida de la caja, a veces entre 3 y 6 dB por encima de la mezcla RMS, sino más, lo que reduce el margen dinámico de nuestro trabajo, consiguiendo resultados contrarios: reducción de todo lo que no sea la caja para sólo aumentar la presencia de ella. La solución puede residir en buscar justo lo contrario: ¿qué otros elementos molestan la presencia de la caja?
En una batería estándar cerrando el paso de señal de los tom y floor rack, mediante el concurso de una puerta, evitamos que por sus micrófonos se capte señal residual de la caja; lo mismo con el bombo. De esta manera, los únicos elementos que contaminan nuestra caja suelen ser los micrófonos que utilizamos para los platos (básicamente el HH y los OH). Estos dos, tres o más micrófonos estarán situados además en diferentes distancias respecto a la caja, lo que se traducirá en un sonido final distinto al deseado (hay quien solventa esto situando los micrófonos OH en función de la distancia a la caja, sacrificando la correcta reproducción de los platos).
Haced la prueba: una caja en solo suena tremendamente mejor (o más cerca a lo que el músico quiere) que cuando sumamos los micrófonos ambiente, por así llamarlos. ¿Solución? Mutearlos. Para ello resulta útil recurrir a la compresión sidechain. En mi caso, todos los micrófonos que corresponden a los platos van primero a un grupo y luego a la mezcla final, por lo que utilizo la compresión del grupo para este objetivo. El quid es saber encontrar los valores perfectos para que el experimento funcione pero que nadie se de cuenta de ello (y menos el artista).
El objetivo, sin embargo, es sencillo: en el momento en que la caja empieza a hacer acto de presencia, comprimiremos el grupo de platos infinito a 1 hasta el momento exacto: cuando la caja ya vive con todo su esplendor. Aprovecharemos ese transitorio para restituir la señal de los platos y así hacer invisible la jugada. ¿Valores? Visto desde esta perspectiva, muy fácil: el valor de threshold del compresor de los platos suele ser el valor RMS de la caja, el ataque tremendamente rápido y el release debe ser justo antes de la consecución del pico máximo en la caja. ¿Por qué nos funciona?
Con este ajuste conseguimos dos cosas. Primero, destruir cualquier contaminación acústica justo durante el momento en que se está “creando” el sonido de la caja, lo que ayudará a escuchar única y exclusivamente el micrófono (o sonido original) de la caja. Cuando está en su máximo, las diferencias de nivel ya serán eliminadas por nuestra parte subconsciente y por eso (y aquí reside el segundo objetivo conseguido) la restitución de los sonidos que hasta ahora estaban brutalmente comprimidos se harán presentes sin artificialidad alguna, pero consiguiendo una reducción energética más que notable.
Suelo recurrir también a este sistema cuando no tengo suficientes subs en un concierto, pero insisto en hacer presente la patada del bombo a la vez que quiero que la nota del bajo no sólo se empaste al bombo, sino que siga presente en la mezcla. Este reto consiste en permitir que el ataque del bombo, que llega normalmente al mismo tiempo que el ataque del bajo, sea el protagonista, pero que inmediatamente después permita al bajo recuperar su papel. Si nuestra opción es comprimir el bombo con un ataque rápido y un release rápido y que el bajo tenga un ataque y release lentos lo que tendremos será primero un bombo y después un bajo. Pero si conseguimos que durante la caída “natural” del bombo se mantenga la caída “natural” del bajo, sus diferencias de nivel permitirán al espectador separar ambos sonidos durante mucho más tiempo y poder disfrutar mucho más. Para ello, comprimiremos el bombo como queramos, pero el bajo tendrá una relación de compresión más drástica pero que vendrá determinada por el tiempo que queramos que el ataque del bombo sea escuchado, para luego recuperar su presencia natural.
Podemos complicar todavía más estos ejercicios utilizando un compresor multibanda pero que sólo una banda sea la que está en sidechain a un elemento externo. Cuando tenemos muchos instrumentos acústicos de madera en el escenario es fácil que se “molesten” en la banda media. Podemos elegir qué grupo de ellos pueden permitirse el reto de estar menos presentes a favor de otro grupo. Para ello, agrupamos el primer conjunto en un grupo y el segundo en otro, utilizando la compresión multibanda para que sólo actúe atenuando lo deseado aunque únicamente cuando cierta banda de frecuencias toma el protagonisme en el otro grupo. De esta manera conseguimos no tener que sacrificar durante toda nuestra mezcla una banda determinada de frecuencias que nos suponen un problema sólo durante unos pasajes y como que tenemos claro qué buscamos (éste es el secreto: saber de antemano qué objetivo queremos), podremos mantener nuestra atención en otros aspectos más precisos.
Una de las ventajas de la compresión sidechain es que podemos eliminar el concurso de las puertas en ciertos canales. De esta manera ganamos en dinámica ya que no obligamos al músico a tener que tocar a un nivel de presión mínimo determinado. Además, se acerca a cierto tipo de automatización que, bien realizada, permite focalizar nuestro trabajo en mejorar la mezcla final.
Como apéndice final. Sí, a veces utilizo dos compresores en un canal. El primero tiene como objetivo controlar la dinámica del elemento mientras que el segundo realiza las tareas de sidechain deseadas. Es evidente que puedo realizar este planteamiento recurriendo a las actuales consolas digitales, pero también teniendo en mente que no todas pueden realizarlo y que, más importante, debo ser experto en ellas (ya hablamos de ello: control del retardo temporal causado por el uso de diferentes DSPs, etc.).
pagina original Hispasonic